Infraleve hace referencia a los inframince de Marcel Duchamps
Soportar la presión de los extremos, la vaguedad de los términos excesivamente
utilizados, provoca incomunicación. Solo las colillas esparcidas por el suelo del
taller y las mondas de naranja en el cenicero pueden relajar un momento tenso.
La ansiedad hace carambola con los puntos blancos aplastados y descansa, al final
relajada, en los poros de esa piel cítrica de color saturado.
Al cerrar los ojos se abre la consciencia y el pensamiento deambula tocando las
cimas del mejor recuerdo. La memoria despliega una cartografía extraña por
inconexa, pero necesaria: todo se confunde. Y el taller, abierto de par en par, se
ilumina teñido de azul-verde.
La posibilidad a ritmo lento, pausado, reencuentra su imagen y las aristas, los
perímetros y extrarradios definen el objeto que es todos los objetos: la idea que
se transforma constantemente adaptando su figura al medio. Y es que la
impotencia, siempre tan patente, fabrica el olvido, la amnesia de un mundo de
opuestos-extremos- empeñados en tensar la vida y esparcir sus añicos.